
Antofagasta tiene una población de 493.984 habitantes, según el último censo realizado. Se han construido un número alto de villas en el sector norte, como también, para el lado sur. Sin embargo, este crecimiento y avance de la ciudad ha demostrado que la demografía de ésta no esta bien realizada. Existen sectores de la ciudad en donde las luces del alumbrado público no permiten ver bien otros sectores, ni siquiera la costa.
En el año 1994 fue inaugurado el observatorio Paranal, ubicado en la comuna de Taltal, este observatorio le ha entregado a la región de Antofagasta, además del cobre en la minería, una relevancia en el área de la astronomía. Pero no todo es color de rosa. Lamentablemente para este observatorio las condiciones que entrega la ciudad, en la forma que está demográficamente repartida, las luces de la calle, de las casas y edificios, hace que el trabajo de Paranal sea cada vez más difícil. A pesar de lo excelentemente implementado que se encuentra con sus cuatro telescopios y de la capacidad que éstos tienen, las luces de la ciudad muchas veces complican la visión.
La ciudad tiene ciertos sectores construidos encima de cerros rocosos, que priva a otras poblaciones bajas que se encuentran detrás de éstos. Como también el orden en que se encuentran instalados los postes y lo fuerte que son las luces, en algunos lugares de la ciudad.
Es significativo cuanto ha avanzado la capital de la segunda región, la población ha crecido y sus lugares de “esparcimiento”, que por poco que sean; hay. Pero se ha dejado a un lado la relevancia que hay en su estructura y cuanto afecta la construcción de calles, alumbrado público, edificios, empresas, etc. La contaminación lumínica es altísima en la ciudad y nadie ha sido capaz de cambiar o de mejorar. Estamos obstruyéndole la visual a uno de los observatorios más importantes del país, como a nosotros mismo, como ciudadanos.
En el año 1994 fue inaugurado el observatorio Paranal, ubicado en la comuna de Taltal, este observatorio le ha entregado a la región de Antofagasta, además del cobre en la minería, una relevancia en el área de la astronomía. Pero no todo es color de rosa. Lamentablemente para este observatorio las condiciones que entrega la ciudad, en la forma que está demográficamente repartida, las luces de la calle, de las casas y edificios, hace que el trabajo de Paranal sea cada vez más difícil. A pesar de lo excelentemente implementado que se encuentra con sus cuatro telescopios y de la capacidad que éstos tienen, las luces de la ciudad muchas veces complican la visión.
La ciudad tiene ciertos sectores construidos encima de cerros rocosos, que priva a otras poblaciones bajas que se encuentran detrás de éstos. Como también el orden en que se encuentran instalados los postes y lo fuerte que son las luces, en algunos lugares de la ciudad.
Es significativo cuanto ha avanzado la capital de la segunda región, la población ha crecido y sus lugares de “esparcimiento”, que por poco que sean; hay. Pero se ha dejado a un lado la relevancia que hay en su estructura y cuanto afecta la construcción de calles, alumbrado público, edificios, empresas, etc. La contaminación lumínica es altísima en la ciudad y nadie ha sido capaz de cambiar o de mejorar. Estamos obstruyéndole la visual a uno de los observatorios más importantes del país, como a nosotros mismo, como ciudadanos.